CUENTO DE NAVIDAD

 

 UNA NAVIDAD EN MAYO

Era  el mes de mayo de 1986, año que transcurría con normalidad, viviendo al máximo la plena juventud, éramos un grupo de 6 amigos, algunos trabajabamos otros continuaban estudiando, pero  a pesar de nuestras actividades nos dábamos tiempo para la diversión.

Entre fiestas y paseos, risas y tristezas propias de la edad consolidábamos nuestra amistad.

Todo iba bien hasta que un día uno de los amigos el mayor del grupo nos dio una gran noticia que causaría emociones encontradas entre todos, por un lado nos alegraba, pero por otro nos entristecía que el más sensato y formal del grupo partiera  al extranjero para estudiar una maestría por tres largos años.

¿Cómo sería nuestra vida, sin la persona que nos jalaba las orejas amigablemente?

 No lo sabíamos, lo que si sabíamos era que todo cambiaría.

Alguien hizo una gran observación- y ¿cómo será la navidad sin él?

 Esta pregunta nos consternó, pues si algo hacia memorable la navidad, era la convivencia entre amigos.

Una compañera sugirió - ¡pues celebremos la navidad antes de que se vaya!.

- ¿y en mayo? Preguntamos todos.

 ¡Claro! Respondió divertida.

La navidad es más que una fecha, la navidad es  un gran  sentimiento, así que a realizar los preparativos para que en 15 días estemos celebrando la NAVIDAD DEL GRUPO.

Fue tan descabellado pero tan hermoso que algunas cosas nos fue difícil conseguir pero las sustituimos por otras,  la celebración se realizó hasta con intercambio de regalos, y lo más simpático, todos llegamos ataviados con atuendos navideños, abrigados con saco, gorro y bufandas, en pleno calor de mayo por lo que  pusimos varios ventiladores para apaciguar el bochorno.

La celebración fue todo un éxito con canto de posada, acostamiento del niño Dios, villancicos,  una deliciosa cena con pollo rostizado, botanas y refrescos de manzana.

La decoración de la casa donde se realizó el  convivio fue sensacional pues todos pusimos los mejores arreglos navideños que encontramos en nuestras casas y que decir el pino el  mejor decorado del momento y quedó  tan hermoso que el compañero dueño de la casa lo conservo puesto hasta el mes de diciembre.

El compañero partió y retorno exitoso y muy agradecido pues  ese recuerdo lo reconfortaba en los momentos de soledad y estrés, las locuras de un grupo de jóvenes que hacían inolvidables los momentos de amistad.

La grata convivencia sigue viva en nuestras  mentes  y corazones,  pues cada vez que nos reencontramos no hay mejor punto de dialogo que la NAVIDAD DE MAYO.