LA GENEROSIDAD

 



LA GENEROSIDAD

Espero que este mes este lleno de cosas maravillosas para cada uno de ustedes y que Dios llene de bendiciones sus vidas.

Ya bien entrados en diciembre uno de los meses que se presta para ejercitar nuestros valores universales, pues el ambiente nos hace sensible y el aprendizaje se enriquece con la acción, me permito comentarles de un valor que se da por si sólo en este tiempo… LA GENEROSIDAD.

Es el momento de hacer cambios en casa, renovar lo que tenemos, limpiar, adquirir cosas que son necesaria y desechar lo que ya no es necesario y llegamos a pensar ¿y qué hago con esto que ya me estorba o no me sirve?.

Aprovechemos para hacer llegar esos artículos a quienes más lo necesitan, y enseñemos a nuestros niños este hermoso valor.

¿Y qué  significa GENEROSIDAD?

Generosidad es un concepto que procede del latín generosĭtas y que refiere a la inclinación a dar y compartir por sobre el propio interés o la utilidad.

La generosidad es lo que nos impulsa a dar sin esperar recibir nada a cambio. El significado de generosidad no hace referencia únicamente a dar cosas materiales, sino también a ofrecer ayuda a personas que lo necesitan, y está asociada al altruismo y a la solidaridad

 

¿Cuál es la importancia del valor de la generosidad?

Ser generoso incentiva a que te sientas bien con nosotros  mismos y lo cual nos genera felicidad.  El sentimiento que proviene de dar y ayudar a los demás, es la tranquilidad con uno mismo.

 

Saber que podemos asistir al que lo necesita para que su vida sea un poco mejor nos permite dormir con la consciencia tranquila.

 

La generosidad hace que el niño sienta una gran satisfacción. Por eso, poco a poco (aunque al principio le cueste), se dará cuenta de que ser generoso le reporta beneficios. 

 

Es cierto que nunca debemos obligar a compartir a un niño, ya que algo que se hace por obligación no se ve como algo beneficioso a nivel personal. Lo que debes conseguir es que tu hijo quiera compartir por iniciativa propia con los demás. ¿Cómo? Además de ofrecer TU  ejemplo, básico a la hora de enseñar a los niños valores esenciales.

 

Ser generoso no se centra solo en compartir algo material con los demás. También se pueden compartir experiencias, momentos... Compartir el tiempo también es un acto de generosidad. Una forma de enseñar a un niño a ser más generoso, o de fomentar en él la generosidad, es empezar por potenciar el valor de compartir aquello que no es material, pero que sin embargo, es muy valioso.

 

Compartir algo que realmente valore. Pide a tu hijo que comparta algo que tiene y que puede dar a los demás. Pero no vale cualquier cosa, sino que debe ser algo que valore mucho. No tiene por qué ser algo material. También puede ser su tiempo, algún servicio o ayuda.

 

Regalar algo a alguien que seguro le va a hacer muy feliz. Pide a tu hijo que piense en alguien. Puede ser un amigo. Y que intente recordar qué cosas le gustan, que es lo que realmente le haría muy feliz a su amigo. Tal vez tu hijo recuerde que su mejor amigo siempre le está pidiendo un juguete que él tiene. Entonces se dará cuenta de que es algo que le haría muy feliz tener, porque disfruta con ello. Ese es el regalo que le debe hacer. Si tu hijo es muy pequeño, puedes realizar tú esta actividad para que le sirva de ejemplo. Por ejemplo, puedes explicarle que estás preparando una sorpresa para 'papá' o para 'mamá, y que vas a preparar una cena que a él le gusta muchísimo. Y después, le pides a tu hijo que compruebe si ese detalle le hizo o no feliz. 

 

Sorprender a una persona que necesita un regalo. A todos nos gustan los regalos y las sorpresas. Pero hay momento que además, se necesitan. Pide a tu hijo que piense en alguien que se enfadó, que está triste... Y entre los dos, pensar en algo que podría hacerle feliz. no hay mejor sorpresa que la que se recibe justo cuando se necesita. Lo mejor de todo es que sea algo totalmente inesperado. 

 

Recuerdo que hace algunos años cuando visitabas la ciudad de Fortín de las Flores por las tardes era común ver a un GRAN  personaje: DON JOAQUIN, que con su paso lento y tierna sonrisa se acercaba a los paseantes y les obsequiaba un caramelo o paleta y  deseaba que tu tarde fuera MARAVILLOSA, considero que eso puede ser un buen ejercicio para enseñar a los pequeños el valor de la GENEROSIDAD.

 

SER GENEROSO ENRIQUECE EL ALMA.

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