CUENTO LA TERRIBLE INVASIÓN
Cuento
Puntualidad.
LA TERRIBLE INVASIÓN
Autor:
Pedro Pablo Sacristán
Era mediodía cuando la primera emisión
extraterrestre de la historia llegó a todas las televisiones del mundo con una
tecnología avanzadísima. Su mensaje sembró el pánico:
- Llegaremos a la Tierra en un momento.
Os invadiremos y os convertiremos en nuestros esclavos.
El mundo
se volvió loco. Todos gritaban y corrían de allá para acá; se despedían
abrazándose o se liaban a tortazos.
- ¡Es el
fin!
- ¡Ya están aquí!
- ¡Vamos a morir!
30
minutos después, los
extraterrestres aún no habían llegado, y la gente seguía gritando, dando
gracias por haber tenido al menos media hora para llamar por teléfono a sus
seres más queridos y despedirse. Dos horas después, los extraterrestres seguían sin llegar, y la gente
continuaba histérica, pero ya empezaba a estar cansada de correr y gritar. A
las 10 horas todo estaba en silencio; ya solo quedaba esperar aterrados el
terrible momento.
Un día después seguía sin haber rastro de los
extraterrestres. Los gobernantes del mundo, esperanzados, enviaron
un mensaje:
-
¡Gracias amigos! ¡Qué suerte que os hayáis arrepentido y nos dejéis vivir en
paz!
- Nada de eso - respondieron-. Seréis
nuestros esclavos ahorita mismo.
Y el
pánico se desató de nuevo. Pero, después de otro día más, seguían sin llegar.
- ¿Estáis
muy lejos? -volvieron a preguntar los
gobernantes.
- Justo al ladito de la Tierra ¡Temblad, enanos! - respondieron.
Los días seguían pasando. Los
gobernantes empezaron a enviar y recibir mensajes. Hacían nuevas preguntas
tratando de averiguar algo de los invasores y, mientras, buscaban la forma de
evitar la desgracia. Los
extraterrestres contaron muchos de sus secretos, llegando incluso a
explicarles cómo habían aprendido a hablar escuchando a los mejores
científicos.
Los años
siguieron pasando hasta que, durante una comunicación con la nave
extraterrestre, un gran científico
reconoció una estrella cercana a la nave.
- ¡Pero
si esa estrella está a millones de años de la Tierra! ¡Tardarán siglos y siglos
en llegar aquí!
- ¡Bieeeen! - gritaron todos entre
abrazos y aplausos.
- ¡Esto hay que celebrarlo! -dijo el científico-. Ahorita mismo voy por unos bombones. La pastelería está aquí
justo al lado. No tardo ni un minuto.
Todos le
esperaron impacientes, y rápidamente se pusieron de acuerdo para dedicarle una
canción por su gran descubrimiento. Pero no salió inmediatamente del edificio, porque hablando con unos y otros tardó
más de dos horas en bajar las escaleras. Tampoco la pastelería estaba
tan cerca como dijo, sino que el viaje de ida y vuelta le llevó otra hora. Y, como se entretenía con todo el mundo,
tardó muchísimo más de un minuto.
6 horas
después, sus compañeros seguían esperándole aburridos… Cuando llegó, olvidaron
la canción y la sorpresa, y solo dijeron:
- Así que tardabas un minuto porque
salías ahorita mismo y estabas justo al lado… Y has tardado 6 horas... -
Entonces, señalándolo con el dedo, rieron todos a la vez:
- ¡Ya
sabemos qué estúpido científico enseñó a hablar a estos extraterrestres!
Y, habiendo creado tal problema mundial,
desde entonces el científico y todos sus compañeros se preocupan por cumplir lo
mejor posible todo lo que dicen, y por decir solo aquello que pueden cumplir.
Excelente
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